Compartimos este artículo que analiza la información, su veracidad y objetivos de las versiones oficiales gubernamentales y como son aceptadas sin más independientemente de instituciones, políticas, ideales… Lo trata desde el contexto de los EEUU, pero es extrapolable a cualquier política e intereses de Occidente.
En EE.UU. “La verdad no es relevante. Solo los objetivos son importantes”
Por qué tiene efecto la desinformación
¿Os habéis preguntado alguna vez por qué la desinformación gubernamental gana fuerza?
Lo que he notado es que cada vez que ocurre un episodio sorprendente, como el 11-S o el atentado del maratón de Boston, casi todo el mundo, de derechas o de izquierdas, acepta la explicación del gobierno, porque pueden colgar sus objetivos a su relato.
A los izquierdistas les gustan las historias oficiales de musulmanes que crean incidentes terroristas en EE.UU., porque prueban su teoría del búmeran y les satisface que los desposeídos y oprimidos puedan contraatacar al imperialismo.
A la derecha patriótica le gusta la historia oficial porque prueba que EE.UU. es atacado por su bondad o que las autoridades de inmigración dejaron entrar a terroristas que fueron alimentados por prestaciones sociales, o porque el gobierno, que no puede hacer nada correctamente, ignoró numerosas advertencias.
Diga lo que diga el gobierno, no importa cuán problemático sea, la historia oficial logra imponerse por su compatibilidad con predisposiciones y objetivos existentes.
En un país semejante, la verdad es irrelevante. Solo los objetivos son importantes.
Una persona puede ver esto por doquier. Podría escribir volúmenes para ilustrar que los escritores, impulsados por objetivos que cubren todo el espectro, apoyarán las historias más improbables del gobierno a pesar de la falta de cualquier evidencia, simplemente porque la línea del gobierno se puede utilizar para apoyar sus objetivos. Seguir leyendo