Un manual de Educación para la Ciudadanía editado por Vicens Vives destaca la necesidad de apostar por “un Gobierno mundial”, en clara consonancia con el tradicional postulado masónico del “Nuevo Orden Mundial».
“Nuevas instituciones para un nuevo orden mundial”: Así se titula uno de los apartados del capítulo ocho del libro de Filosofía y Ciudadanía (EpC) de la editorial Vicens Vives.
Cada día constatamos cómo las instituciones políticas actuales –tanto gobiernos estatales como organismos supraestatales– resultan poco útiles para resolver eficazmente los retos que tenemos planteados. De ahí que muchos empiecen a plantear abiertamente la conveniencia de apostar por un gobierno mundial”.
Para contextualizar el significado de estas palabras hay que remontarse al año 1776, cuando el catedrático judío alemán Adam Weishaupt fundó una sociedad ocultista denominada los Iluminatti de Baviera. Era una sociedad secreta fuertemente vinculada con la masonería. Los objetivos apuntaban a establecer una conspiración para derribar fronteras entre las religiones, instituciones civiles, Gobiernos y crear una unificación del sistema económico. A este postulado Weishaupt lo llamó el Nuevo Orden Mundial (NOM). Sus anhelos han trascendido a través de la Historia y sus planes permanecen en plena vigencia. El propósito del Orden incluye unir al mundo bajo un solo Gobierno, reducir la población a dos tercios y reducir la tecnología industrial para disminuir la contaminación.
La masonería ha estado siempre muy interesada en la educación […] Propugna ‘la libertad de enseñanza’, pero entendida no como la libertad de los padres de enviar a sus hijos a un centro escolar de un ideario concorde con sus creencias y deseos, sino ‘la libertad de cátedra’, o sea, que cada profesor pueda impartir la enseñanza que quiera al margen de un posible ideario determinado del centro y de la edad de los alumnos». Manuel Guerra Gómez, experto en masonería y miembro de la Real Academia de Doctores.
Gracias por la información. Estoy de acuerdo con la crítica al Nuevo Orden Mundial, pero también pienso que si formásemos parte de una comunidad global, las guerras económicas entre monedas quizás desaparecerían. ¿Qué objetivo puede tener una nación que no sea competir y ganar cada vez más ventaja sobre el resto? Lo cierto es que tampoco me imagino un referéndum a nivel global (¿por qué tengo yo que tomar parte en una votación sobre algo que no me afecta?), y en mi opinión, las corporaciones que, en teoría nos gobiernan, seguirían en su posición. Y nosotros, los humildes, somos necesarios exclusivamente como consumidores. ¿A quién no le interesa ser consumidor? Qué pasa si nos negamos a colaborar ¿tenemos realmente miedo a una guerra?
Cualquier estructura global no puede por desconocimiento y alejamiento atender las necesidades locales. Cualquier estructura piramidal, aunque fuese la organizada por una élite no psicópata como la que nos esclaviza ahora, podría terminar a la larga perjudicando a los de abajo, ¿no crees?
Reblogueó esto en yofumoenpipa.